La kazaja Elena Rybakina conquistó su primer Grand Slam al derrotar a la tunecina Ons Jabeur en la final de Wimbledon por 3-6, 6-2 y 6-2.
Rybakina se convirtió en la primera kazaja en la historia en ganar un título de ‘Grand Slam’.
En la más joven en lograrlo desde Petra Kvitova en 2011, negando la gloria a una Jabeur.
Que se quedó a las puertas de ser la primera árabe en la historia en conquistar un ‘major’.
A pesar de ser campeona de Grand Slam, algo que habitualmente otorga 2000 puntos.
Debido a que esta edición de Wimbledon no entregó puntos para el ranking WTA.
Rybakina seguirá en el puesto 23 del ordenamiento mundial.
Pero lo hace con otro prestigio, con un premio de más de dos millones y medio de dólares y con su nombre inscrito en la historia.
El primer set fue para Jabeur, que en un partido en el que ambas tenistas fueron bastante conservadoras.
En el inicio pasó a dominar rápido por su solvencia con el saque y los errores de Rybakina.
Rápidamente la tunecina consiguió una ventaja de 3-1.
Y ganó la manga por 6-3 en apenas media hora, con dos juegos de servicio ganados en cero mientras que terminó también quebrándose el servicio en cero a la kazaja.
La dinámica cambió de forma total para el segundo set: Rybakina salió mucho más agresiva.
Quebró en el primer juego y después salvó un break point con un ace para tomar ventaja de 2-0.
En un juego de casi 10 minutos Jabeur no pudo aprovechar su oportunidad de recuperar el servicio.
Con errores en la red y una doble falta, después le dejó servido el 4-1 a Rybakina.
El tercer set en tanto empezó en la forma de la manga anterior y Rybakina volvió a quebrar el servicio de Jabeur en el primer juego.
Estaba hasta más sólida en los intercambios largos.
Sin que se note tanto una debilidad suya como la movilidad, y llegó al 3-1 en el marcador.
Sin embargo de pronto volvieron a aparecer los errores de Elena y se encontró con tres break points en contra.
Situación de la que salió con varias derechas firmes para sostenerse por 4-2.
Tras ese momento que olía a definitivo, Rybakina quebró una vez más el servicio de Jabeur y después definió el partido sin problemas con su saque.
Una herramienta que no estuvo tan sólida como en otros encuentros pero que no le falló en el final.
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