El papa Francisco falleció este lunes a los 88 años a causa de un derrame cerebral, que le causó un coma seguido de un fallo cardiocirculatorio irreversible, según informó el Vaticano mediante un comunicado oficial.
El certificado de defunción, emitido por la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano y firmado por el doctor Andrea Arcangeli, confirmó que el deceso ocurrió a las 7:35 a.m. hora local (5:35 GMT) del 21 de abril, en su residencia privada de la Casa Santa Marta, ubicada dentro del complejo vaticano.
El pontífice argentino, quien asumió el liderazgo de la Iglesia Católica en marzo de 2013, venía enfrentando diversos problemas de salud en los últimos meses.
Durante ese tiempo, permaneció hospitalizado 38 días en el Policlínico Gemelli de Roma debido a una grave afección respiratoria, de la que fue dado de alta el pasado 23 de marzo.
Entre los antecedentes de salud del sumo pontífice se encontraban una neumonía bilateral microbiótica, bronquitis recurrente, hipertensión arterial y diabetes tipo 2, condiciones que habían afectado de forma progresiva su estado físico.
El deceso fue confirmado oficialmente tras realizar un electrocardiograma, que evidenció la ausencia total de actividad cardíaca.
El Vaticano ya se encuentra organizando los actos fúnebres, que tendrán lugar en la Basílica de San Pedro, así como los preparativos para el eventual cónclave, donde se elegirá al sucesor del primer papa latinoamericano.
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