El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, supervisó la incautación de un segundo avión perteneciente al gobierno de Venezuela, el cual se encontraba retenido en la República Dominicana.
Este es el segundo avión de Venezuela que Estados Unidos incauta en menos de un año, y representa el primer movimiento enérgico de la administración de Donald Trump, que durante su primer mandato impuso una serie de sanciones a Venezuela, incluyendo un embargo petrolero, como parte de su estrategia para intentar derrocar a Nicolás Maduro.
En presencia de Rubio, un fiscal dominicano y un oficial de las fuerzas de seguridad estadounidenses colocaron un cartel con la palabra «incautado» en el avión Dassault Falcon 200, que estaba en la pista del aeropuerto militar de Santo Domingo.
«La incautación de este avión venezolano, utilizado para evadir las sanciones estadounidenses y el control de lavado de dinero, es un poderoso ejemplo de nuestra determinación de responsabilizar al ilegítimo régimen de Maduro por sus acciones ilegales», dijo Rubio en su cuenta de la res social X.
Asimismo, afirmó que «con la República Dominicana y nuestros socios regionales, continuaremos contrarrestando cualquier plan para evadir las sanciones de los Estados Unidos».
Una fuente diplomática en Caracas, que solicitó el anonimato, afirmó que la incautación «es una estrategia de marketing político estadounidense», recordando que el avión había estado retenido desde el año pasado, luego de que las autoridades estadounidenses alegaran que había infringido las sanciones impuestas a Venezuela.
El Departamento de Estado señaló que funcionarios venezolanos utilizaron la aeronave para viajar a Grecia, Turquía, Rusia, Nicaragua y Cuba, y que también fue llevada a la República Dominicana para recibir mantenimiento.
Según el gobierno de Estados Unidos, el avión fue utilizado en 2019 por el entonces ministro de Petróleo, Manuel Quevedo, para asistir a una reunión de la OPEP en los Emiratos Árabes Unidos.
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