La Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), actual DIGESETT fue concebida para normalizar el tránsito en el Gran Santo Domingo debido al crecimiento del parque vehicular de la capital dominicana.
Su camino se entorpeció por las malas actuaciones de sus principales directores y también sus miembros.
El acto evidenciado en la tarde de este lunes 11 de abril, donde brutalmente fueron agredidos periodistas y representantes del Defensor del Pueblo, no fue más que una balanza o contrapeso de las decenas de actuaciones similares que ocurren diariamente en las calles de República Dominicana hacia los ciudadanos, ahora representadas en autoridades.
Se pensaba que con la creación del Instituto de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT), las incómodas situaciones de agresiones, atropellos, venganzas y multas fantasmas cesarían, no obstante, la corrupción de aquellos que vienen de un cuerpo del orden que por años ha tenido como lema la descomposición, se perpetúa todavía en la actualidad.
Se trató de un paño de agua tibia, con una reacción en calidad de irresponsable, la que desde la alta dirección de esta autoridad del tránsito se realizó, al solo destituir a una de las involucradas, cuando cerca de 10 personas participaron en el bochornoso hecho lacerante de los derechos constitucionales y libertades de expresión. Aunque es entendible que se encuentra activa una fase de investigación, las pruebas son más que claras.
Muchos de aquellos que se observaron en las imágenes golpeando y empujando a trabajadores de la prensa y miembros del Defensor del Pueblo, no estaban uniformados, y la razón era más que evidente, se trataba de los denominados ¨buscones¨, quienes junto con esas mismas autoridades, muchas de las que aún no han sido destituidas, se dedicaban a la ya usual y denunciada extorsión a los portadores de vehículos de motor.
Urge y es de extrema necesidad que, al igual que su casa matriz, la Policía Nacional, la profilaxis, inspección y saneamiento lleguen al centro de la DIGESETT, sobre todo, luego de su director, el mayor general José Antonio Guzmán, expresar a viva voz que las multas eran llenadas para cubrir cuotas a costilla del sudor, esfuerzo y pérdida de tiempo del pueblo dominicano.
¡Hay que poner un paro a los paños tibios sin soluciones contundentes!
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