Por: Leanlly Pérez- Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Donald Trump y Vladímir Putin, se encontrarán hoy en la base militar Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska, con el objetivo de negociar un posible fin a la guerra en Ucrania. El lugar elegido no es casual: Alaska fue territorio ruso hasta 1867, cuando pasó a manos de Washington, un hecho que en Moscú aún se recuerda con cierto recelo.
Anchorage, una ciudad costera de menos de 300 mil habitantes, vive la jornada con una mezcla de expectación y cautela. Aunque muchos residentes prefieren mantenerse al margen, crecen los rumores sobre un posible acuerdo que incluya concesiones rusas en torno a las tierras raras y minerales estratégicos de la región.
Escepticismo en Rusia
Según una encuesta citada por el diario Kommersant, solo el 20 % de los rusos cree que esta cumbre dará lugar a un acuerdo que permita “resolver y detener” el conflicto en Ucrania. Un 25 % considera que las negociaciones terminarán en un callejón sin salida y un 2 % teme que el encuentro sea cancelado en cualquier momento.
En contraste, un 34 % confía en que la situación mejore tras la reunión, mientras que el 45 % no espera cambios significativos.
Hacia una cumbre más amplia
En la víspera del encuentro, Trump abrió la posibilidad de que varios líderes europeos se unan a una futura cumbre que incluya al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, junto a Putin y él mismo. Este eventual paso, según el mandatario estadounidense, podría “ampliar el margen para la paz” en Europa del Este.