Por: Leanlly Pérez- El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que amplía el acceso al cannabis, marcando el cambio más significativo en la política antidroga de Estados Unidos en décadas. La medida instruye a la fiscal general a reclasificar el cannabis de la Lista I a la Lista III, situándolo en la misma categoría que el Tylenol con codeína.
Aunque el uso recreativo seguirá siendo ilegal a nivel federal, la nueva clasificación permitirá mayor investigación sobre sus posibles beneficios y tendrá implicaciones fiscales para los dispensarios autorizados por los estados. Además, algunos beneficiarios de Medicaid podrán acceder al CBD sin coste, con recomendación médica.
Trump afirmó que la medida busca poner fin a las detenciones por pequeñas cantidades de marihuana y garantizar productos seguros y regulados. Un alto funcionario la calificó de «medida de sentido común» para estudiar mejor los beneficios y riesgos del cannabis y el CBD.
Sin embargo, varios legisladores republicanos han criticado la medida, argumentando que podría normalizar el consumo de marihuana y afectar la economía y la salud pública. Un grupo de 22 senadores expresó su preocupación sobre los posibles efectos del cannabis en el juicio y la concentración, mientras que 9 representantes insistieron en que no existen pruebas científicas suficientes que respalden la reclasificación.
A pesar de la oposición, la mayoría de los estadounidenses apoya la legalización: una encuesta de Gallup de noviembre mostró que el 64% está a favor, aunque el respaldo ha disminuido ligeramente entre los republicanos en los últimos años.
En los últimos años, la mayoría de los estados han aprobado el cannabis con fines médicos y casi la mitad lo ha legalizado para uso recreativo, a pesar de que, desde 1971, el cannabis estaba clasificado como droga de alto riesgo y sin valor médico reconocido.


