PUERTO PRÍNCIPE, Haití (AP) — Haití se despertó el martes despojado de su última institución elegida democráticamente: su Senado, un hecho preocupante que solidifica lo que algunos llaman una dictadura de facto que sólo nominalmente está a cargo de un país que se ve asolado por la violencia de pandillas.
Sólo 10 senadores habían estado representando simbólicamente a los 11 millones de habitantes de la nación en los últimos años debido a que Haití no ha celebrado elecciones legislativas desde octubre de 2019, pero sus mandatos expiraron en la noche, dejando a Haití sin un solo legislador en su Cámara de Diputados o Senado en medio de una creciente crisis política.
Desde el asesinato en julio de 2021 del presidente Jovenel Moïse, que gobernaba por decreto, los grupos de delincuencia organizada actúan prácticamente sin control.
“Es una situación muy desalentadora”, afirmó Alex Dupuy, sociólogo de origen haitiano de la Wesleyan University, “una de las peores crisis que ha vivido Haití desde la dictadura de Duvalier”.
El sanguinario régimen de Jean-Claude Duvalier, que huyó del país en 1986, marcó la última vez que Haití careció de funcionarios electos.
El edificio del Parlamento, en el centro de Puerto Príncipe, permanecía desierto el martes, con la única presencia de guardias de seguridad en la puerta. Escenas similares eran evidentes en el exterior de las oficinas inactivas de la Corte Suprema y la comisión electoral de Haití.
Mientras tanto, el primer ministro Ariel Henry, que asumió el gobierno de Haití con el respaldo de la comunidad internacional tras el asesinato de Moïse, no ha celebrado elecciones generales a pesar de las múltiples promesas que ha hecho en el último año y medio. Su promesa más reciente, el 1 de enero, fue que se restablecería la Corte Suprema y se asignaría a un consejo electoral provisional la tarea de fijar una fecha razonable para las elecciones.
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