Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, fue sacudido por una crisis iniciada por el escándalo sexual en el que se vio involucrado Chris Pincher, un parlamentario conservador cercano al premier.
El ministro de Hacienda, Rishi Sunak, y el ministro de Salud, Sajid Javid, fueron dos de los primeros en renunciar la noche del martes, poniendo en tela de juicio la competencia de Johnson para liderar el país.
Sunak argumentó que los ciudadanos esperan que el gobierno sea dirigido de una forma «apropiada, competente y seria»; mientras que Javid afirmó que el gobierno no estaba «actuando en el interés nacional».
Ambas dimisiones avivaron las expectativas de que el gobierno británico pueda caer próximamente.
El ministro de Infancia y Familias, Will Quince, se unió a Sunak y a Javid, y envió una carta a Johnson anunciando su renuncia.
Esto después de que el lunes le dijera a los medios que le habían garantizado que el primer ministro no estaba al tanto de una serie de denuncias contra Chris Pincher.
«Después de toda la sordidez, de todo el fracaso, está claro que este gobierno conservador se está derrumbando«, señaló el líder del Partido Laborista, Keir Starmer.
Aquel intento de destituirlo tuvo lugar después de que salieron a la luz pública fotos y pruebas de encuentros y celebraciones en la sede del gobierno.
Esto mientras el resto del país se encontraba confinado por las restricciones impuestas por el propio gobierno de Johnson durante la pandemia de covid-19.
El origen de la crisis
El pasado 30 de junio, el diario británico The Sun publicó una información según la cual el entonces subjefe de la bancada del Partido Conservador en el Parlamento, Chris Pincher, había manoseado a dos hombres en un club privado en Londres.
Pincher, quien había sido nombrado en ese cargo por Johnson en febrero de este año en medio de una reorganización del Ejecutivo, renunció inmediatamente.
A los pocos días, los medios británicos publicaron información sobre al menos otros seis casos de supuesta conducta sexual inapropiada por parte de Pincher ocurridos en los últimos años.
Pincher, quien fue suspendido por el Partido Conservador, ha pedido disculpas y ha dicho que cooperará plenamente con las investigaciones sobre su conducta y que está buscando «apoyo médico profesional».
¿Cómo está implicado Boris Johnson?
Aunque el primer ministro británico no es quien ha incurrido en conductas sexuales inapropiadas, el escándalo de Pincher lo coloca en una situación difícil debido a que se está cuestionando su buen juicio así como la transparencia con la que el gobierno ha manejado el caso.
El pasado 1 de julio, la oficina del gobierno le dijo a la prensa que Johnson no sabía que hubiera acusaciones contra Pincher antes de su nombramiento.
El portavoz del gobierno dijo que el primer ministro no era consciente de «acusaciones específicas» sobre Pincher.
Esa fue la misma línea que mantuvieron en los días siguientes varios miembros del gabinete.
Esta queja llevó a un proceso disciplinario que confirmó que sí hubo un comportamiento inapropiado.
Posteriormente en una entrevista con la BBC, Johnson dijo: «Hubo una queja que me hicieron llegar a mí específicamente… fue hace mucho tiempo y me la presentaron de forma oral. Pero eso no es excusa, yo debí haber actuado a partir de ella».
El primer ministro calificó como «un error» haber nombrado a Pincher, de quien dijo que se había comportado «muy, muy mal», por lo que pidió disculpas a las personas afectadas.
¿Por qué cuestionan al primer ministro?
«Todo esto se trata de una cosa: la verdad», señala Chris Mason, editor de Política de la BBC al analizar la crisis en marcha en el gobierno británico.
«Al margen de la marejada de detalles y acusaciones, todo se reduce a si la gente puede creer lo que dice el número 10 (como se llama coloquialmente al Ejecutivo británico)», agrega.
Y es que la respuesta del Ejecutivo al escándalo de Pincher ha ido cambiando progresivamente a medida que han ido surgiendo otros elementos.
Así ocurrió durante el llamado «Partygate», el caso sobre las fiestas realizadas en la sede del gobierno durante el confinamiento por el coronavirus, en el cual finalmente se comprobó que incluso Johnson había asistido a alguna de estas reuniones sociales.
«Las preguntas se refieren a lo que Boris Johnson sabía y cuándo supo. del escándalo Y las respuestas siguen cambiando, a menudo en respuesta a hechos incómodos que demuestran que su anterior defensa era una basura, o al menos no tan sincera como podría haber sido», señala Manson.
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