Santo Domingo.- El polvo del Sahara son partículas en suspensión de tierra que afectan a la calidad del aire.
Esta clima es especialmente perjudicial en las personas con enfermedades respiratorias. Por ello, antes de salir a la calle deberemos tener en cuenta ciertas precauciones.
¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud este polvo?
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), organismo afiliado a la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el peligro que genera el fenómeno del polvo de Sahara de recurrencia anual radica en el contenido de bacterias, virus, esporas, hierro, mercurio y pesticidas que presenta el polvo”.
Cuando estas tormentas de partículas de tierra se desatan, pueden causar “la aparición de alergias y crisis asmáticas en muchas personas, sobre todo aquellas que ya sufrían problemas respiratorios o de inmunodepresión”, continúa la organización.
Aquellas partículas de Sahara que llegan al bronquio pueden provocar lo que se conoce como broncoespasmo.
Este se produce cuando la mucosa interna de los bronquios se inflama y el espacio existente para que pueda entrar el aire se reduce.
En el caso de la gente sana, el polvo del Sahara se manifiesta a través de la irritación de la nariz o de la garganta, pero no llega a producir tanto daño como con aquellas personas que sufren patologías respiratorias.
Cómo protegerse del polvo del Sáhara
Por eso, es importante tener en cuenta ciertas precauciones para evitar en lo posible los efectos de estas partículas en nuestro organismo:
- Usar mascarilla a la hora de salir a la calle, siendo la FFP2 la que más nos puede proteger.
- Evitar salir a hacer deporte o dar un paseo.
- Los grupos de población más vulnerables frente a este fenómeno (personas mayores, mujeres embarazadas, niños o pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, como el asma o la EPOC) deben tratar de no exponerse al exterior.
- Lavarse los ojos con abundante agua en caso de irritación. Benítez recomienda también llevar unas gafas: “Mientras más cerradas sean las mismas, menos posibilidad hay de que esas partículas terminen sobre la superficie ocular”. Además, si se siente ardor o escozor, “deberíamos aplicarnos alguna gota de lágrima artificial. En el caso de no disponer de ella, lavarnos los ojos con suero fisiológico o agua fresca del grifo”.
- La OPS sugiere cubrir las fuentes de agua, como los pozos, para que no se produzca contaminación.
- Cerrar las ventanas de casa.
- Beber abundante agua.
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