El origen de esta celebración se remonta al siglo XVII, cuando colonos ingleses y nativos americanos compartieron una comida para agradecer las cosechas. Con el tiempo, la tradición se consolidó y, en 1863, el presidente Abraham Lincoln la declaró feriado nacional, gracias a los esfuerzos de la escritora y editora Josepha Hale.
Más allá de su historia, Acción de Gracias está rodeada de curiosidades. Por ejemplo, en 1953 una empresa calculó mal la cantidad de pavos necesarios y terminó con 26 toneladas de sobra, lo que dio origen a las comidas congeladas. También se sabe que el día después de la celebración, el Black Friday, es el más ocupado del año para los plomeros debido al exceso de uso en los hogares.
El término “turkey”, que en inglés significa pavo y también Turquía, proviene de los comerciantes turcos que introdujeron esta ave en Europa. Asimismo, existen varios pueblos en Estados Unidos llamados Turkey e incluso dos localidades en Pensilvania llamadas Upper y Lower Turkeyfoot.
Finalmente, aunque muchos creen que el pavo provoca sueño, la realidad es que la somnolencia se debe más a las abundantes comidas típicas del día que al ave en sí. Acción de Gracias también se celebra en Canadá, aunque en octubre, manteniendo la esencia de agradecimiento que caracteriza esta festividad en Norteamérica.