China criticó este jueves la elección de Estados Unidos de incluir a más de 20 empresas, incluyendo compañías tecnológicas y de telecomunicaciones, en una lista que identifica a entidades por colaborar con las Fuerzas Armadas chinas.
«Nos oponemos firmemente a esa generalización del concepto de seguridad nacional que hace Estados Unidos, estableciendo listas discriminatorias en varias categorías para reprimir injustificadamente a las empresas chinas», dijo el portavoz de Exteriores chino Wang Wenbin.
El portavoz afirmó que estas decisiones «socavan la cooperación económica y comercial entre China y Estados Unidos» y señaló que la medida de Washington «viola los principios de competencia de mercado y las reglas económicas y comerciales internacionales de las que siempre ha hecho alarde».
En consecuencia, instó a Estados Unidos a corregir de inmediato estas «prácticas discriminatorias» ya proporcionar un entorno que sea justo, equitativo y no discriminatorio para las operaciones de las empresas chinas.
«China seguirá salvaguardando firmemente los derechos e intereses legítimos de sus empresas. Además, la medida va en contra de la confianza de las empresas extranjeras para invertir y operar en Estados Unidos, y también daña los intereses de las empresas e inversores estadounidenses. Es una medida que, a la larga, va en contra de los intereses de EE. UU.», añadió.
De acuerdo con el Pentágono, el Gobierno chino está implementando una estrategia de fusión «civil-militar» con el objetivo de modernizar sus Fuerzas Armadas a través de la adquisición de «tecnología avanzada» de compañías, universidades y programas de investigación chinos que aparentan ser entidades civiles.
Las empresas añadidas a la lista hoy, como Megvii especializada en Inteligencia Artificial, la firma de análisis de datos Global Tone Communication y la desarrolladora de software de reconocimiento facial CloudWalk Technology, se consideran parte de esta «fusión».
La inclusión de estas empresas en la lista por parte del Departamento de Defensa se produce en el contexto de los esfuerzos del Gobierno de Joe Biden para evitar que Pekín adquiera o acceda a tecnología desarrollada por individuos o empresas estadounidenses.
En agosto del año pasado, Biden emitió una orden ejecutiva que estableció restricciones a las inversiones estadounidenses en determinadas empresas tecnológicas chinas, argumentando preocupaciones sobre la seguridad nacional de Estados Unidos.
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