La empresa estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) denunció este lunes haber sido objeto de un “ataque cibernético destinado a detener su operatividad”, y advirtió que este hecho se suma a lo que calificó como una “estrategia” de Estados Unidos para apropiarse del petróleo venezolano “mediante la fuerza y la piratería”.
A través de un comunicado, Pdvsa rechazó “categóricamente” lo que calificó como una “acción deleznable”, que aseguró fue “orquestada por intereses extranjeros en complicidad con factores apátridas que buscan quebrantar el derecho del país a su desarrollo energético soberano”.
“No es la primera vez que el Gobierno de los Estados Unidos, aliado con sectores extremistas, intenta afectar la estabilidad nacional y robarle las Navidades al pueblo venezolano”, indicó.
Sin embargo, gracias a “la pericia del talento humano de Pdvsa, las áreas operativas no sufrieron afectación alguna, siendo reducido a un ataque a su sistema administrativo”, según el texto.
“Se mantiene la continuidad operativa de la industria mediante la implantación de protocolos seguros que permiten sus actividades regulares en el suministro de productos en el mercado nacional, así como para el cumplimiento de todos sus compromisos de exportación”, afirmó.
La empresa estatal formuló esta denuncia cinco días después de que el Gobierno de Nicolás Maduro acusara a Estados Unidos de un “robo descarado” de un buque petrolero frente a las costas venezolanas, en el contexto del despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, que Caracas considera una “amenaza” orientada a promover un cambio de régimen.
Ese mismo día, el 10 de diciembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país había interceptado y confiscado un petrolero frente a las costas de la nación suramericana, un hecho que incrementó la tensión entre Washington y Caracas, que no mantienen relaciones diplomáticas desde 2019.
Posteriormente, el Ejecutivo chavista afirmó que este “nuevo acto criminal” se suma al despojo de Citgo, filial de Pdvsa en territorio estadounidense, y anunció que recurrirá a instancias internacionales para denunciar lo que calificó como “un grave crimen internacional”.
De acuerdo con The New York Times, el buque, identificado como Skipper y que navegaba con una bandera falsa, fue incautado por orden de un juez estadounidense debido a sus vínculos previos con el contrabando de petróleo iraní, sancionado por Washington, aunque en esta ocasión transportaba crudo venezolano.


