Por: Leanlly Pérez- Durante años, el barrio Capotillo estuvo marcado por la violencia, delincuencia, inseguridad y pobreza, un contexto que incluso fue reflejado en canciones urbanas que narraban la dura realidad de sus habitantes.
Sin embargo, en la calle La 42, una de las vías más emblemáticas de este sector del Distrito Nacional, la situación ha comenzado a cambiar.
Actualmente, un destacamento policial con patrullajes diarios contribuye a mantener el orden y la seguridad en la zona.
La comunidad, organizada en 19 juntas vecinales agrupadas en la Unión de Vecinos, trabaja en conjunto para transformar la imagen del barrio y mejorar la convivencia.
Líderes comunitarios como Héctor Adames, presidente de la Junta Vecinal Nueva Esperanza, reconocen que aunque la delincuencia no ha desaparecido por completo, la intervención de las autoridades ha traído mayor tranquilidad y un ambiente más seguro para los residentes. Destacan que, pese a su pasado, en Capotillo hay muchos jóvenes profesionales y valiosos alejados de las malas conductas.
Genaro Prensa, presidente de la Junta de Vecinos Capotillo Unido, señaló que los casos de atracos han disminuido y que se promueven programas como “Cero drogas”, que busca alejar a los jóvenes del consumo de sustancias ilícitas mediante charlas y actividades de prevención.
Aun con estos avances, persisten dificultades como la escasez de empleos, lo que, según Daniel Ferreira Rodríguez, líder de la Unión de Vecinos, limita las oportunidades para los jóvenes y dificulta que cambien su estilo de vida. Las empresas suelen negar trabajo a los residentes por el estigma asociado al barrio, agravando así la exclusión social.
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