Por: Leanlly Pérez- Kilmar Ábrego García, un migrante salvadoreño que fue deportado de Estados Unidos en marzo debido a un “error administrativo”, ha regresado a territorio estadounidense, pero esta vez para enfrentar cargos formales por tráfico de personas.
Su retorno fue autorizado por el Gobierno salvadoreño tras una solicitud de extradición presentada por la Administración de Donald Trump.
La fiscal general estadounidense, Pamela Bondi, confirmó que Ábrego fue acusado por un gran jurado en Tennessee de tráfico de migrantes y conspiración para el mismo delito, incluyendo el traslado de miembros de pandillas como la MS-13.
Según las investigaciones, Ábrego habría estado involucrado en una red de trata de personas durante al menos nueve años, realizando más de 100 viajes en los que habría traficado a miles de personas, entre ellas niños y mujeres.
También se le vincula con un accidente trágico ocurrido en Texas, donde un tráiler que transportaba migrantes volcó, dejando decenas de víctimas.
El documento judicial detalla que Ábrego, junto a cinco cómplices, coordinaba el traslado de migrantes desde Centroamérica y Ecuador a través de la frontera con México hasta diversos estados dentro de EE.UU., como Maryland. Los delitos que se le imputan conllevan penas de hasta 10 años de prisión cada uno.
Tras el proceso judicial en EE.UU., se prevé que Ábrego sea retornado a El Salvador. El presidente salvadoreño Nayib Bukele defendió la decisión de colaborar con Estados Unidos en este caso, argumentando que no se puede proteger a alguien acusado de crímenes tan graves, especialmente si está relacionado con pandillas.
Aunque Ábrego contaba con un estatus legal que en teoría lo protegía de la deportación, fue enviado a una prisión en El Salvador en marzo, y su caso ha causado gran controversia por la forma en que fue manejado inicialmente por las autoridades migratorias.
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