El gobierno de Brasil condenó lo que calificó como un trato «humillante» hacia los brasileños que fueron esposados de pies y manos en un vuelo de repatriación por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE), asegurando que esta acción «viola los términos del acuerdo con EE.UU.»
El vuelo, que tenía como destino la ciudad brasileña de Belo Horizonte, hizo una parada en Manaos el viernes por la noche debido a un «error técnico», según informó el gobierno en las redes sociales.
La Policía Federal de Brasil indicó que descubrió a 88 deportados esposados a bordo y los liberó de inmediato, siguiendo los protocolos de seguridad del país.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil dijo que no autorizaron que el avión continuara debido «al uso de esposas y cadenas, el mal estado de la aeronave, con un sistema de aire acondicionado defectuoso, entre otros problemas».
El gobierno de Brasil indicó en una publicación en redes sociales que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue informado acerca de las condiciones del vuelo y dio la orden de que un avión de la Fuerza Aérea Brasileña trasladara a los migrantes de Manaos a Belo Horizonte el sábado.
«Nos esposaron allí el miércoles por la noche y llegamos a Brasil y todavía teníamos las esposas puestas y les dijimos que estábamos en territorio brasileño y que nos quitaran las esposas, pero no querían quitárnoslas», afirmó uno de los deportados en un video publicado por el gobierno.
«El uso indiscriminado de esposas y cadenas viola los términos del acuerdo con EE.UU., que prevé el trato digno, respetuoso y humano de los retornados», dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado de prensa.
Brasil informó que ha acordado realizar vuelos de repatriación desde 2018, con el fin de reducir el tiempo que los deportados pasan en centros de detención en Estados Unidos debido a la inmigración irregular y la falta de opción de apelación.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil indicó que pedirá una aclaración al gobierno de EE.UU. y aseguró que estará vigilante a las modificaciones en las políticas migratorias de ese país, para asegurar la protección, seguridad y dignidad de los brasileños que viven allí.
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