Por: Leanlly Pérez- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, bloqueó la compra de US Steel por parte de la japonesa Nippon Steel, citando preocupaciones de seguridad nacional y subrayando la importancia de mantener una industria acerera estadounidense fuerte.
Biden indicó que esta adquisición pondría a uno de los principales productores de acero del país bajo control extranjero, lo que representaría un riesgo tanto para la seguridad nacional como para las cadenas de suministro críticas de EE.UU.
El bloqueo se produjo después de que en diciembre pasado, el Comité de Inversiones Extranjeras de Estados Unidos (CFIUS), presidido por el Departamento del Tesoro, dejara la decisión final sobre la fusión en manos del presidente.
La fusión, que estaba valorada en 14,000 millones de dólares, hubiera dado lugar a un gigante acerero capaz de competir con otros grandes actores internacionales como ArcelorMittal y los gigantes chinos liderados por Baowu Steel.
Sin embargo, Biden resolvió que la operación podría poner en peligro la soberanía y la seguridad del país, especialmente en una industria tan crítica.
El presidente subrayó que US Steel, con sede en Pensilvania, debe permanecer bajo propiedad estadounidense y operada por trabajadores estadounidenses.
Biden declaró que era su «responsabilidad solemne» proteger la empresa y evitar la transferencia de propiedad extranjera, garantizando así que la industria del acero siga siendo un pilar clave en la economía nacional.
Este bloqueo refleja un cambio en la política económica estadounidense, alejándose de una postura liberal en términos de apertura a las inversiones extranjeras, algo que había sido característico durante décadas.
Sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, se inició un giro hacia un mayor proteccionismo, algo que Biden parece continuar en este caso.
A pesar del bloqueo, Nippon Steel ya ha manifestado su intención de impugnar esta decisión en los tribunales, lo que podría llevar a un largo proceso legal.
La medida también ha tensado las relaciones entre Estados Unidos y Japón, con algunos analistas sugiriendo que la oposición de Washington a la fusión tiene un fuerte trasfondo político, ya que afectaría directamente al estado clave de Pensilvania, crucial para las elecciones presidenciales.
Con esta acción, Biden ha dejado claro su enfoque en proteger las industrias nacionales, defendiendo la integridad de sectores estratégicos como el acero y asegurándose de que las empresas estadounidenses permanezcan bajo control local, sin importar la presión de actores extranjeros.
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