Bandas armadas atacaron la región central de Haití durante el fin de semana, causando la muerte de hombres, mujeres y niños, mientras incendiaban viviendas y obligaban a los sobrevivientes a huir en la oscuridad.
Las autoridades policiales solicitaron refuerzos de emergencia, señalando que el 50 % de la región de Artibonite habría quedado bajo el control de estas bandas tras los ataques masivos que afectaron ciudades como Bercy y Pont-Sondé.
“El pueblo no puede vivir, no puede trabajar, no puede moverse”, dijo el domingo en X uno de los sindicatos policiales de Haití, SPNH-17. “Perder los dos departamentos más grandes del país – Oeste y Artibonite – es el mayor fracaso de seguridad en la historia moderna de Haití”.
La mayor parte de la policía haitiana, junto con los agentes kenianos de una misión apoyada por la ONU para enfrentar a las bandas, se encuentra en la capital, Puerto Príncipe, ciudad que también está en gran medida bajo el control de estas organizaciones armadas.
Guerby Simeus, funcionario de Pont-Sondé, declaró este lunes a The Associated Press por teléfono que se habían confirmado cerca de una docena de fallecimientos, entre ellos una madre con su hijo y un empleado del gobierno local.
Numerosos sobrevivientes se trasladaron a la ciudad costera de Saint-Marc, donde cientos de ciudadanos indignados exigieron el lunes al gobierno acciones contra las bandas que han atacado de manera recurrente la región central de Haití.
Los ataques en el centro de Haití se registraron a última hora del viernes y el sábado, y algunos de sus perpetradores transmitieron los hechos en vivo a través de las redes sociales.
Se responsabilizó a la banda Gran Grif, activa en la zona y responsable del ataque en Pont-Sondé en octubre de 2024, que provocó la muerte de al menos 100 personas, convirtiéndose en una de las peores masacres recientes en Haití.


