Al menos veinte personas perdieron la vida, la mitad de ellas niños, y diez continúan desaparecidas en Petit-Goâve, al sur de Haití, luego del desbordamiento del río La Digue, que cruza la ciudad, durante el paso del huracán Melissa por el Caribe.
En declaraciones a medios locales, Emmanuel Pierre, director general de Protección Civil, informó que los equipos de rescate han recuperado veinte cuerpos y continúan la búsqueda de diez personas desaparecidas.
Según Pierre, otras diez personas resultaron heridas a causa del huracán, que el martes tocó tierra en Jamaica y la pasada madrugada en Cuba.
Una fuente de Protección Civil confirmó a la agencia de noticias EFE que entre los fallecidos se encuentran diez niños.
La semana pasada, cuando todavía era tormenta tropical, Melissa provocó la muerte de tres personas y dejó al menos dieciséis heridos en Haití, un país altamente vulnerable a los fenómenos naturales.
En un comunicado emitido este miércoles, el primer ministro haitiano, Alix Didier Fils-Aimé, expresó sus condolencias a las familias de las víctimas y aseguró la movilización “total” del Gobierno para atender la emergencia causada por las lluvias de Melissa, que han afectado especialmente al Gran Sur y la comuna de Petit-Goâve, severamente dañada por la crecida del río La Digue.
Fils-Aimé señaló que, según la Dirección General de Protección Civil, el balance provisional de los daños continúa siendo preocupante.
El primer ministro indicó que, desde que los servicios meteorológicos emitieron las primeras alertas, cuando Melissa aún no era huracán, el Gobierno se movilizó junto a la Dirección de Protección Civil para activar los mecanismos del Plan Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres.
Asimismo, el Comité Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres «permanece en sesión permanente para garantizar una coordinación rápida y eficaz de las operaciones de socorro sobre el terreno», según la nota, en la que Fils-Aimé hizo un llamado a la solidaridad nacional y la responsabilidad colectiva frente a esta tragedia, que evidencia una vez más la vulnerabilidad del país ante los riesgos climáticos.


