El alcalde de Nueva York, Eric Adams, aseguró que «jamás» ofreció concesiones a la Casa Blanca para que se archivara la investigación federal en su contra por presunta corrupción, luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ordenara a los fiscales retirar los cargos en su contra.
«Nunca ofrecí, ni nadie lo hizo en mi nombre, ningún intercambio de mi autoridad como alcalde para cerrar mi caso. Nunca», afirmó Adams en un comunicado.
Las declaraciones de Adams se producen después de anunciar que el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) regresará a la cárcel municipal de Rikers, tras una reunión con Tom Homan, zar de la frontera durante la administración del presidente Donald Trump.
En los últimos meses, ha sido más evidente la afinidad del demócrata con Trump, con quien se reunió en enero pasado en su residencia de Mar-a-Lago, Florida, para discutir, entre otros temas, sobre seguridad e inmigración.
«Estoy en deuda únicamente con los 8,3 millones de neoyorquinos que represento y siempre pondré a esta ciudad en primer lugar», dijo el alcalde, quien ha ordenado a la policía cooperar con la Administración Trump en el arresto de inmigrantes con expediente criminal.
En este sentido, Adams ha expresado que, en lugar de criticar a Trump, prefiere colaborar con él para el beneficio de los neoyorquinos, lo que le ha valido críticas tanto de activistas como de legisladores de su propio Partido Demócrata, algunos de los cuales han pedido su renuncia tras conocer la decisión del Departamento de Justicia.
Lo acusan de «quid pro quo», es decir, de haber recibido «algo a cambio de algo», y según algunos medios, la gobernadora Kathy Hochul está evaluando el caso del alcalde. Hochul es la única con autoridad para destituir a Adams.
«Ahora debemos dejar atrás este difícil episodio para que se pueda restablecer la confianza, Nueva York pueda avanzar y podamos seguir brindando servicios a la gente de esta ciudad», precisó el alcalde.
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