El presidente de la República, Luis Abinader, dijo creer que la ONU extenderá hasta finales de año la Misión Multinacional para el Apoyo a la Seguridad en Haití (MSS) y respaldó la propuesta de Estados Unidos de ampliarla a una fuerza de 5,500 efectivos destinada a enfrentar directamente a las bandas armadas que siembran el terror en el país.
«La ONU tiene un plan que creo extendería la Misión en Haití hasta finales de año (…). La misión especial que plantea Estados Unidos la respaldamos en público y en privado. Los efectivos liderados por Kenia son solos unos setecientos soldados, cuando en principio deberían sumar 2.500», afirmó Abinader.
Durante LA Semanal con la Prensa, el mandatario aseguró que los soldados en Haití no combaten directamente a las bandas armadas, sino que se limitan a proteger instalaciones e instituciones gubernamentales y privadas.
Abinader reafirmó que las Fuerzas Armadas de República Dominicana mantienen el control de la frontera con Haití y recalcó que no permitirá que las bandas haitianas vulneren la defensa territorial.
El jueves pasado, Laurent Saint-Cyr, presidente del Consejo Presidencial de Transición de Haití (CPT), hizo un llamado ante la Asamblea General de la ONU para que la comunidad internacional actúe de manera «fuerte e inmediata» frente a la grave crisis que atraviesa su país, caracterizada por un conflicto entre las bandas armadas y la población civil.
En su discurso, Saint-Cyr denunció la dramática situación en Haití, donde la mitad de la población enfrenta inseguridad alimentaria, y afirmó que «el silencio no es una opción».
El mandato de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, liderada por Kenia, concluye en dos días, en medio de un clima de creciente incertidumbre en un país marcado por la violencia de bandas armadas que controlan el 90 % de la capital.
El primer contingente de la MSS llegó a Puerto Príncipe el 25 de junio del año pasado, pero, tras quince meses, la misión no ha logrado recuperar territorios controlados por las bandas, a pesar de múltiples operaciones contra sus líderes, que han provocado el desplazamiento interno de más de 1,3 millones de personas.