Los ciudadanos de la República Checa deberán abstenerse este miércoles de utilizar petardos y fuegos artificiales en las inmediaciones de hospitales, residencias de ancianos, refugios de animales y zoológicos, en cumplimiento de la reciente legislación sobre pirotecnia, orientada a proteger la salud y el medioambiente.
La normativa municipal que desde 2020 limitaba el uso de fuegos artificiales en Praga fue ampliada recientemente a todo el territorio nacional.
La disposición, vigente desde el pasado día 1, establece la prohibición de utilizar material pirotécnico a menos de 250 metros de hospitales, residencias de ancianos, centros de acogida o rescate de animales, zoológicos y reservas naturales.
No obstante, algunas ciudades como Pilsen, Mladá Boleslav y Pardubice incorporaron la ley nacional a sus ordenanzas locales mediante una enmienda que autoriza su uso sin restricciones durante la noche de Año Nuevo.
La regulación también limita la venta de estos productos a comercios autorizados y con control de edad, además de endurecer las condiciones para las ventas en línea, que ahora exigen verificación de edad y, en determinados casos, la recogida presencial para artículos de mayor riesgo.
El incumplimiento de la normativa puede acarrear sanciones de entre 400 y 4,000 euros.
Asimismo, quedan prohibidas las denominadas “linternas de la suerte”, globos de papel impulsados por aire caliente que se elevan y se desplazan sin control.
Actualmente, solo está permitido el uso de bengalas, cajas de bombetas y pequeñas fuentes de luz, considerados artículos de interior y de muy bajo riesgo.


