Por: Leanlly Pérez- La muerte de un niño de tres años en Cali ha causado profunda indignación y reabierto el debate sobre la protección infantil en el país. El menor llegó sin vida al hospital Carlos Holmes Trujillo el 24 de noviembre, en lo que inicialmente fue reportado como un accidente doméstico.
Sin embargo, las lesiones que presentaba el niño no coincidían con la versión del padre, quien aseguró que el pequeño se había desmayado antes de bañarse. El personal médico detectó múltiples traumas y alertó de inmediato a las autoridades.
Medicina Legal confirmó después que el niño tenía fracturas en las costillas, una laceración pulmonar y una hemorragia masiva en el tórax, heridas que le causaron una insuficiencia respiratoria aguda. También se encontraron marcas antiguas que indicarían un historial de maltrato.
La Fiscalía señaló que las pruebas apuntan a que el padre habría golpeado al niño porque se negó a bañarse, versión que coincide con testimonios de vecinos que relataron episodios frecuentes de violencia en el hogar.
La agresión ocurrió en una vivienda del barrio Vergel, donde vivían el presunto agresor, su pareja y otros dos menores. La madre del niño había salido del país meses atrás, lo que abrió nuevas investigaciones sobre las condiciones en las que el menor estaba siendo cuidado.
El hombre fue capturado tras asistir al funeral del niño, cuando viajaba en un bus funerario. Presenta antecedentes por porte ilegal de armas, lo que también será considerado en el proceso judicial. Un juez le impuso medida de aseguramiento en prisión, aunque no aceptó los cargos.
La Policía Metropolitana de Cali lamentó el hecho y exhortó a la ciudadanía a denunciar cualquier señal de maltrato infantil para evitar nuevas tragedias.


