Estados Unidos exigió al Gobierno de Nicaragua, encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo —a quienes calificó de «dictadura»—, la liberación inmediata de todos los presos políticos, que según organizaciones ascienden a al menos 62.
Asimismo, advirtió a las autoridades nicaragüenses que mantienen la situación bajo estrecha vigilancia.
«En estas fiestas, demasiados nicaragüenses verán en sus mesas asientos vacíos donde deberían estar sus seres queridos, mujeres y hombres detenidos injustamente o desaparecidos arbitrariamente por la dictadura Murillo-Ortega», dijo la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos a través de su cuenta en X.
«Su dolor e incertidumbre son un recordatorio diario de la inhumanidad del régimen. Liberen ya a todos los presos políticos nicaragüenses. Los Estados Unidos están vigilando», afirmó la oficina.
Al menos 62 opositores y críticos del Gobierno de Nicaragua permanecen encarcelados, entre ellos 18 adultos mayores y 28 personas consideradas en situación de ‘desaparición forzada’, según denunció el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, cuyos registros cuentan con el respaldo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Entre los detenidos figuran el excomandante sandinista Henry Ruiz, quien desde el 8 de marzo pasado permanece bajo arresto domiciliario impuesto por la Policía, y el exasesor de Ortega y general retirado Álvaro Baltodano Cantarero.
También se encuentran los líderes indígenas Brooklyn Rivera Bryan, Steadman Fagoth Müller y Nancy Elizabeth Henríquez, quienes forman parte del grupo de 18 adultos mayores, así como los militares retirados Carlos Brenes, Víctor Boitano, Aníbal Rivas Reed y Eddie Moisés González Valdivia, entre otros.
El pronunciamiento de esta oficina del Departamento de Estado, que en ocasiones anteriores ha condenado la detención de disidentes y defensores comunitarios en Nicaragua, se produce una semana después de que el presidente Donald Trump afirmara que el país centroamericano, al igual que Cuba y Venezuela, está en manos de «narcoterroristas».


