El exmandatario peruano de tendencia izquierdista, Pedro Castillo (2021-2022), fue sentenciado este jueves a 11 años, 5 meses y 15 días de prisión por conspirar para llevar a cabo una rebelión, tras su fallido intento de golpe de Estado el 7 de diciembre de 2022.
La Sala Penal Especial de la Corte Suprema que juzgó a Castillo determinó que el exmandatario no consumó el delito de rebelión, ya que sus planes golpistas no se materializaron.
Por esta razón, la Fiscalía modificó durante el juicio la pena solicitada contra el exjefe de Estado, reduciéndola de 34 años de prisión a la que finalmente impuso el tribunal.
El día de los hehos, Castillo se dirigió a la nación y ordenó la disolución temporal del Congreso, la intervención de la Judicatura y gobernar mediante decretos, en respuesta a una nueva moción en el Parlamento, controlado por la oposición, que buscaba destituirlo tras revelarse indicios de presunta corrupción vinculados directamente a él.
No obstante, su anuncio no tuvo efecto, y pocos minutos después fue arrestado mientras se dirigía, aparentemente, a la Embajada de México tras abandonar el Palacio de Gobierno de Lima.
Su familia logró llegar a la embajada y recibió asilo, mientras que Castillo fue destituido por el Congreso horas más tarde y trasladado a la cárcel, donde permanece actualmente.


