Edesur Dominicana suspendió el servicio a usuarios del Valle de Juancho, en Pedernales, quienes mantenían unas 70 conexiones ilegales que alteraban el sistema de medición y operaban incluso con transformadores clandestinos para bombear agua a predios agrícolas.
La distribuidora de electricidad explicó que las conexiones irregulares de transformadores a las redes de Edesur han provocado múltiples averías y fallas en el circuito JUCO101, que brinda servicio a 5,362 clientes, comprometiendo la seguridad operativa y poniendo en riesgo la integridad de la población del municipio fronterizo.
La suspensión del suministro se llevó a cabo el pasado jueves, debido a que los usuarios presentaban nueve facturas vencidas con un importe total en mora de RD$771,783.27.
Edesur identificó alrededor de 70 conexiones ilegales, incluyendo bombas, acometidas y transformadores clandestinos que generaban un consumo elevado no medido, no facturado y técnicamente riesgoso.
En febrero de este año la distribuidora detectó que los parceleros de Valle de Juancho estaban conectados de forma directa, solo facturando un importe ascendente a RD$786.00 por concepto de cargo fijo, sin que se registrara ni facturara el consumo real de la energía consumida.
Tras descubrir esas anomalías, Edesur Dominicana normalizó el servicio eléctrico y en marzo pasado levantó un acta de irregularidad por 518,463 kWh, equivalente a un importa facturado de RD$4,733,570.64 y RD$412,708.19, en mora.
Una vez regularizada la medición, las facturas empezaron a reflejar el consumo real pero los usuarios no mantuvieron la regularidad en los pagos.
Además, la distribuidora confirmó la destrucción deliberada de equipos de medición (sabotaje); el medidor principal y los medidores de las estaciones de bombeo fueron rotos y algunos desaparecieron.
A la situación de deuda acumulada y al sabotaje a los equipos de medición y otros delitos sancionados por la Ley General de Electricidad, se suma que los parceleros han incurrido en reiteradas amenazas y agresiones al personal técnico de Edesur, impidiéndoles realizar suspensiones, reconexiones y otros trabajos, en ocasiones, poniendo en riesgo su integridad física e impidiendo ejecutar acciones correctivas necesarias.
El más reciente episodio fue registrado en octubre pasado cuando el personal de Edesur tuvo que retirarse sin concluir sus trabajos y en varias ocasiones hombres armados han retenido a los técnicos de la empresa en contra de su voluntad, por lo que la distribuidora se ha visto precisada a recurrir a la fuerza pública.
Edesur destacó que los desmantelamientos de conexiones ilegales buscan, además de normalizar el servicio de los clientes, proteger la red y mejorar la continuidad del suministro.


