El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó al Departamento de Justicia una compensación de aproximadamente 230 millones de dólares por las investigaciones federales que se realizaron en su contra.
En una declaración desde la Casa Blanca, Trump afirmó: «Sí, probablemente me deben mucho dinero», refiriéndose a las pesquisas federales que enfrentó tras concluir su primer mandato.
La situación es inédita en la historia estadounidense, ya que el republicano fue investigado mientras era candidato y los casos ahora serían revisados por funcionarios del Departamento de Justicia designados por él en su actual Administración.
Juristas advierten que este caso pone de relieve posibles conflictos éticos al colocar a exabogados del presidente al frente del Departamento de Justicia.
Trump presentó inicialmente una demanda a finales de 2023 mediante un proceso administrativo previo a la vía judicial, reclamando una indemnización por presuntas violaciones a sus derechos, incluyendo las investigaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y posibles vínculos con su campaña.
Una segunda demanda, interpuesta en el verano de 2024, acusa al FBI de violar su privacidad al registrar su residencia y el club Mar-a-Lago, en Florida, durante la búsqueda de documentos clasificados en 2022.
Asimismo, acusa al Departamento de Justicia de un supuesto procesamiento malicioso relacionado con la imputación por malversación de registros confidenciales tras su salida de la presidencia.
Durante su actual Administración, Trump ha logrado que se presenten cargos contra figuras que lo investigaron previamente, como la fiscal general de Nueva York, Letitia James, quien examinó irregularidades en su trayectoria como empresario, y el exdirector del FBI, James Comey, que encabezó la investigación sobre la posible interferencia rusa en su campaña de 2016.