Por: Leanlly Pérez- El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se encuentra nuevamente en el centro de la polémica tras revelarse que adquirió una tecnología capaz de espiar y rastrear teléfonos celulares sin que los usuarios lo noten.
Según documentos públicos revisados por TechCrunch, la agencia firmó un contrato por 825,000 dólares con la empresa TechOps Specialty Vehicles (TOSV) para equipar vehículos con torres celulares falsas —conocidas como cell-site simulators o “stingrays”—. Estos dispositivos se hacen pasar por antenas reales y logran que los celulares cercanos se conecten a ellas, permitiendo a los agentes acceder a la ubicación de los usuarios e, incluso, interceptar llamadas, mensajes y tráfico de internet.
La compañía TOSV, con sede en Maryland, confirmó que integra estos equipos en vehículos para ICE, aunque se negó a revelar el origen de la tecnología. El contrato más reciente se suma a otro de 818,000 dólares en 2024, lo que demuestra una relación continua con la agencia migratoria.
Preocupaciones por la privacidad
Aunque esta tecnología se utiliza desde hace más de una década, su aplicación ha generado duras críticas por la falta de transparencia y el riesgo de recolectar datos de personas inocentes. Organizaciones como la ACLU han documentado cientos de casos de uso entre 2013 y 2019, muchos de ellos sin orden judicial.
ICE, por su parte, no ha respondido sobre los lugares donde despliega estos vehículos ni si cuenta con supervisión judicial para su uso, lo que ha encendido las alarmas entre defensores de derechos civiles.
Con esta revelación, vuelve a crecer el debate sobre los límites de la vigilancia gubernamental y el impacto de estas prácticas en la privacidad de miles de personas.