Se trata de personas de Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Jordania, Kuwait, Libia, Argelia, Mauritania, Malasia, Baréin, Marruecos, Suiza, Túnez y Turquía, precisó Exteriores en un comunicado.
El Ministerio señaló que Israel busca agilizar la deportación de los detenidos en las embarcaciones interceptadas en aguas internacionales, aunque algunos «están obstruyendo deliberadamente el proceso legal de deportación, prefiriendo permanecer en Israel».
Asimismo, indicó que «varios gobiernos extranjeros», sin precisar cuáles, «se han mostrado reacios a aceptar vuelos» que repatrien a sus ciudadanos.
El Ministerio de Exteriores señaló que todos los detenidos en lo que calificó como un «truco publicitario» serán deportados «lo antes posible».
Según el Gobierno italiano, 26 de sus ciudadanos fueron repatriados en un vuelo que partió del aeropuerto de Ramon, en el desierto del Néguev, donde también se encuentra la prisión a la que fueron llevados los integrantes de la Flotilla tras su traslado al puerto de Ashdod.
La ONG israelí Adalah, a cargo de la defensa legal, informó que este sábado continuaban las audiencias en la cárcel para extender la detención de cientos de personas arrestadas (unas 450, según algunas fuentes) hasta su deportación.
Los detenidos tienen dos opciones al ingresar a Israel: aceptar la deportación inmediata, lo que agiliza el proceso, o rechazarla, en cuyo caso un juez debe decidir, lo que retrasa su salida.
Más de 40 embarcaciones de la Flotilla Sumud fueron interceptadas por las autoridades israelíes desde la noche del miércoles en un operativo que se extendió 12 horas, en el que todos sus tripulantes fueron arrestados y trasladados a Ashdod.
Los activistas, políticos y periodistas pretendían llevar ayuda humanitaria a la Franja de Gaza, sometida a un bloqueo israelí desde hace casi dos años de ofensiva militar, que ha causado más de 67.000 muertes por bombardeos.