El pasado lunes 18 de julio, el aeropuerto de Luton se vio obligado a cancelar durante tres horas los despegues y aterrizajes ya que su única pista estaba derritiéndose por la temperatura del verano.
Los centros de datos que Google y Oracle tienen en la capital del Támesis también sufrían las consecuencias de la ola de calor.
Las dos compañías lanzaron un comunicado el martes 19 informando de fallos en los sistemas de refrigeración de sus instalaciones londinenses.
Estos fallos hicieron que las compañías apagaran parte de sus sistemas para evitar daños mayores en las instalaciones.
Muchas compañías y usuarios no pudieron acceder a la nube y algunas webs que utilizan WordPress, estuvieron caídas o presentaban fallos porque estás utilizan Google Cloud.
Los centros de datos deberán aumentar sus sistemas de refrigeración, que tradicionalmente han funcionado copn, sistemas de enfriamiento por aire y con sistemas de enfriamiento con líquido.
Aumentar la potencia también implica aumentar el consumo energético, incrementando los costes económicos y medioambientales.
La Agencia Internacional de la Energía dice que estas instalaciones consumen el 1% de la demanda global energética, aunque otras fuentes las ubican en el 6%.
En países como España se está implementando una nueva tecnología que consigue refrigerar estos equipos de manera más eficiente energéticamente.
Enfriamiento por inmersión, consiste en sumergir estos equipos en un líquido biodegradable no conductor eléctrico.
El líquido y los componentes electrónicos están en unos tanques con sistemas de control y permiten refrigerar una instalación usando hasta un 50% menos de electricidad y un 85% menos de espacio físico. Detrás de esta tecnología está la start-up española Submer, que ya lo ha implementado en instalaciones de Telefónica.
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