El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, calificó de «bipolar» la política exterior de Estados Unidos, lo que, según afirmó, dificulta prever un posible acercamiento más estrecho con Washington, a pesar del reciente e inédito intercambio de presos entre ambos países y la autorización concedida para el retorno de la petrolera Chevron a territorio venezolano.
«Frente a una política bipolar, hay que actuar como actuamos nosotros, con la diplomacia bolivariana de paz, con serenidad, nervios de acero y trabajar en lo que creemos, porque nosotros no tenemos que depender de nadie», indicó el mandatario tras votar en Caracas en las elecciones municipales.
Maduro afirmó que, en la actualidad, Venezuela no «depende de nadie ni de nada».
«No estamos pendientes de lo que dice el norte para decir nosotros algo, eso sí es triste. A mí me da mucha tristeza y vergüenza ajena, la ultraderecha extremista de Venezuela y la ultraderecha, por ejemplo (Javier) Milei o (Daniel) Noboa o (Nayib) Bukele (…) ellos primero ven para el norte», agregó.
El presidente venezolano instó a los ciudadanos a no esperar nada del extranjero y a continuar «siendo felices».
«No se amargue la vida nadie con ese imperio decadente, y sigamos nosotros adelante (…) construyendo nuestra democracia popular del pueblo, para el pueblo y por el pueblo, construyendo nuestra democracia directa», expresó.
Este domingo, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, reafirmó su «inquebrantable a la restauración del orden democrático» en Venezuela, en vísperas del primer aniversario de la polémica segunda reelección de Nicolás Maduro.
Además, volvió a vincular al mandatario con el Cártel de los Soles, al que calificó como una organización terrorista.
«Estados Unidos se mantiene firme en su apoyo inquebrantable a la restauración del orden democrático y la Justicia en Venezuela. Maduro no es el presidente de Venezuela y su régimen no es el Gobierno legítimo», afirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, en un comunicado.
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