Por: Leanlly Pérez- Lo que parecía ser un sencillo expendio de bebidas en Santiago Rodríguez escondía una de las historias más escalofriantes de trata de personas y explotación sexual en República Dominicana. Una joven que había desaparecido en diciembre de 2022 fue localizada tres meses después en “El Bojucal”, un lugar donde el ron era solo la fachada de un negocio basado en el abuso, el miedo y la coerción.
La investigación reveló que detrás de este establecimiento operaban Mercedes Báez y su pareja, Isidro Antonio Jáquez Valerio, conocido como “Megateo”, quienes manejaban una red de explotación sexual en la que mujeres, adolescentes y hasta menores de edad eran obligadas a prostituirse bajo amenaza constante. Las víctimas eran mantenidas incomunicadas, con sus documentos retenidos, sin contacto con el mundo exterior y sometidas a humillaciones y violencia.
Las mujeres eran forzadas a prestar servicios sexuales por montos que variaban entre 300 y 500 pesos dominicanos por encuentro, aunque el precio podía aumentar según el cliente. A una de las víctimas, madre de un bebé, se le impuso una deuda ficticia de 15 mil pesos para mantenerla atrapada en el círculo de explotación. La crueldad llegó al punto en que Báez intentó vender al hijo de esta joven por 200 mil pesos.
Durante el allanamiento, las autoridades encontraron un escenario de pesadilla: condones usados y sin usar, cuchillos, machetes, juguetes sexuales, una máquina tragamonedas, notas con montos deudas, una alcancía con nombres de víctimas y, lo más alarmante, una menor de nacionalidad haitiana que llevaba dos años trabajando en el lugar y un niño de apenas 9 años viviendo en condiciones infrahumanas.
La operación fue dirigida por la Procuraduría Especializada Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y Trata de Personas (PETT) junto a la Fiscalía de Santiago Rodríguez, logrando rescatar a cinco víctimas, entre ellas una adolescente, dos madres jóvenes con sus hijos y una mujer extranjera.
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