Por: Leanlly Pérez- El centro de Texas sigue bajo alto riesgo de inundaciones mientras continúan las lluvias y la búsqueda de desaparecidos tras un devastador diluvio durante el fin de semana, que ha dejado al menos 82 muertos, incluidos niños en campamentos de verano. Las autoridades temen que el número de víctimas aumente, con 41 personas aún desaparecidas.
En zonas como Kerr y Hill Country, los residentes intentan salvar lo que queda de sus hogares mientras comparten historias de escapes dramáticos de las aguas crecientes. Rescatistas trabajan día y noche en terrenos difíciles, buscando sobrevivientes entre árboles caídos y escombros.
El gobernador Greg Abbott advirtió sobre nuevas lluvias, mientras el presidente Donald Trump declaró el área como zona de desastre y prometió apoyo. Desde el Vaticano, el Papa León XIV envió oraciones a los afectados.
Las autoridades enfrentan cuestionamientos por la preparación y respuesta ante un evento que, aunque alertado por el Servicio Meteorológico, superó las expectativas en intensidad.
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