El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó su ambiciosa ley de recortes fiscales y presupuestarios, la cual describió como su «mayor victoria hasta ahora».
Durante un acto celebrado en los jardines de la Casa Blanca con motivo del Día de la Independencia, Trump firmó la ley aprobada por el Congreso el día anterior.
Desde el balcón de la residencia presidencial, el mandatario ofreció un discurso en el que destacó que el país no había experimentado un entusiasmo similar «en muchos, muchos años y décadas».
Trump también enumeró lo que considera logros de sus casi seis meses desde su regreso al poder, incluyendo “billones de dólares” en nuevas inversiones extranjeras en Estados Unidos, un acuerdo para aumentar el gasto de los países miembros de la OTAN, y récords históricos en el mercado laboral y la Bolsa, aunque en este último caso los máximos se han registrado solo en los índices Nasdaq y S&P 500.
En su discurso, el presidente neoyorquino resaltó que la firma de este «gran y hermoso proyecto de ley» fiscal y presupuestario representa la mayor victoria de su mandato hasta el momento.
Trump señaló que esta nueva legislación incluye incluye «el mayor recorte de impuestos en la historia de Estados Unidos, el mayor recorte de gastos, de 1,7 billones de dólares» y «la mayor inversión en seguridad fronteriza en la historia de Estados Unidos» y «una de las modernizaciones militares más vitales de todos los tiempo».
Este proyecto de ley, que formaliza las deducciones fiscales implementadas durante el primer mandato de Trump (2017-2021), contempla una reducción cercana a 1 billón de dólares en fondos destinados a programas como Medicaid y la asistencia alimentaria SNAP.
Según Trump y varios republicanos, estos recortes buscan eliminar duplicidades y casos de fraude que afectan a dichos programas.
Sin embargo, diferentes organizaciones advierten que esta medida podría dejar sin acceso a ayudas federales a aproximadamente 12 millones de personas en Estados Unidos.
La ley también incrementa la inversión en seguridad fronteriza y políticas migratorias en alrededor de 170.000 millones de dólares, así como un aumento de 150.000 millones en el gasto en defensa.
Trump agradeció a los congresistas republicanos que hicieron posible la aprobación de la ley tras una extensa sesión de votaciones, y criticó duramente al Partido Demócrata, cuyos miembros votaron en contra del proyecto en ambas cámaras del Congreso.
El presidente afirmó que los demócratas no apoyaron la ley porque «su odio hacia el país, hacia mí o hacia ambos es demasiado grande».
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