Por: Leanlly Pérez- El papa León XIV expresó su profundo dolor y preocupación tras el atentado ocurrido contra la iglesia griega ortodoxa San Elías, en Damasco, Siria, que dejó al menos 25 muertos y más de 60 heridos.
El ataque, que ha generado conmoción internacional, reaviva la angustia de la comunidad cristiana en Medio Oriente, ya severamente afectada por más de una década de conflicto armado.
A través del cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, el Pontífice comunicó su pesar, señalando que se encuentra “profundamente entristecido” por la pérdida de vidas humanas y la destrucción causada en este lugar de culto.
Asimismo, el Papa expresó su “sincera solidaridad” con todos los afectados por la tragedia, tanto las familias de las víctimas como la comunidad cristiana de Siria en general.
Aunque las autoridades sirias responsabilizaron al grupo yihadista Estado Islámico (EI) por el ataque, la autoría fue reivindicada por un grupo extremista sunita poco conocido, llamado Saraya Ansar al Sunna.
El hecho ha vuelto a poner en el centro del debate la creciente inseguridad que enfrentan las minorías religiosas en la región, especialmente los cristianos.
Según datos recientes, la población cristiana en Siria ha caído drásticamente desde el inicio de la guerra civil en 2011.
De más de un millón de cristianos antes del conflicto, actualmente se estima que quedan menos de 300,000, como resultado del exilio, desplazamientos forzados y persecución religiosa.
Ante este nuevo atentado, el Vaticano ha expresado su temor por un nuevo éxodo cristiano desde Oriente Medio, lo que podría profundizar aún más la desaparición de comunidades cristianas históricas en la región.
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