Por: Leanlly Pérez- En Estados Unidos, diversas organizaciones judías han manifestado su preocupación por el aumento del antisemitismo, pero rechazan la estrategia propuesta por Donald Trump para combatirlo, considerándola extrema, politizada y perjudicial para la democracia.
Esta estrategia, impulsada por el grupo conservador Heritage Foundation a través del “Proyecto Esther”, propone medidas como despedir a profesores, expulsar estudiantes extranjeros, retirar fondos a universidades y cerrar organizaciones consideradas “antiisraelíes” o “propalestinas”, a las que vincula con Hamás.
Grupos judíos como Jewish Voice for Peace califican estas medidas de infundadas, paranoicas y peligrosas. También señalan que ignoran el antisemitismo de extrema derecha y priorizan una agenda ideológica vinculada al movimiento MAGA.
La mayoría de los judíos estadounidenses, aunque preocupados por el antisemitismo, desaprueban este enfoque. Encuestas revelan que muchos prefieren combatir el odio desde la educación, la inclusión y la libertad de expresión, en lugar de atacar las instituciones académicas.
Expertos como Kevin Rachlin del proyecto Nexus advierten que estas políticas no hacen más seguros a los judíos, sino que los aíslan.
Además, el periodista Eric Alterman destaca una clara división generacional: los judíos mayores tienden a apoyar más a Israel, mientras que los más jóvenes se muestran críticos con la guerra en Gaza y más cercanos a la causa palestina.
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