Por: Leanlly Pérez- Antonio Pérez-Hernández y Torra, embajador del Reino de España en República Dominicana, se despidió oficialmente del país tras concluir su misión diplomática y retirarse de la carrera diplomática después de 44 años de servicio.
En un emotivo acto de despedida, acompañado por el presidente Luis Abinader y la primera dama Raquel Arbaje, el embajador expresó su profundo agradecimiento y admiración por el pueblo dominicano.
Durante su discurso, destacó que ha servido en diversos países a lo largo de su carrera —incluyendo Nicaragua y Venezuela—, pero confesó que ningún destino lo marcó tanto como República Dominicana, país en el que tuvo el privilegio de cerrar su trayectoria profesional.
“Aquí nos ha pasado lo que a todos los españoles que vienen: terminamos sintiéndonos como un dominicano más”, aseguró con emoción.
El embajador resaltó especialmente la cortesía, hospitalidad y simpatía del pueblo dominicano, calificando estas cualidades como virtudes que deberían ser ejemplo para el mundo. Añadió que si la amabilidad pudiera exportarse, República Dominicana sería una superpotencia.
También elogió el espíritu emprendedor y el talento profesional que ha encontrado en el país, desde médicos e ingenieros hasta artistas y arquitectos.
Pérez-Hernández dedicó unas palabras a la “vitalidad” de la cultura dominicana, indicando que su esposa, Pilar, se convirtió en una ferviente admiradora y embajadora de la misma.
Destacó que desde su rol en instituciones culturales como la Fundación del Museo Reina Sofía y el Queen Sofía Spanish Institute en Nueva York, continuará promoviendo la riqueza cultural dominicana.
En cuanto a las relaciones bilaterales, el diplomático señaló que la unión entre España y República Dominicana es “muy especial”, cimentada en la historia y reforzada por lazos políticos, económicos, sociales y culturales.
Reconoció el impulso dado por el gobierno dominicano a esta relación durante el mandato del presidente Abinader, así como la cooperación del canciller Roberto Álvarez y su equipo.
“Ser embajador de España en República Dominicana o de República Dominicana en España es el anverso y reverso de una misma moneda”, afirmó, destacando que no hay conflictos entre ambas naciones, sino proyectos conjuntos.
Prometió seguir apoyando al país desde España y se ofreció como “embajador honorario” para continuar fortaleciendo los vínculos entre ambas naciones.
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