Debido a su delicado estado de salud, Fawna pasa gran parte de su tiempo conectada a Internet buscando compañía y nuevas amistades.
Fue en ese contexto donde, a través de TikTok, fue contactada por un hombre que utilizaba imágenes reales y datos públicos de Jackson Wang para ganarse su confianza.
Durante varios meses, ambos mantuvieron conversaciones constantes, en las que el supuesto artista afirmaba tener interés genuino en ella.
Sin embargo, a lo largo de ese tiempo, el estafador evitó realizar videollamadas, alegando que su mánager no se lo permitía por cuestiones de privacidad y contrato.
Esta excusa no levantó sospechas en Fawna, quien, convencida de estar hablando con su ídolo, terminó cediendo a una solicitud de dinero para un supuesto encuentro en persona. La mujer transfirió cuatro mil dólares al impostor con la esperanza de concretar la reunión.
Finalmente, una investigación reveló que la dirección IP del supuesto Jackson Wang no correspondía con ninguna ubicación relacionada con el cantante asiático, sino que provenía de Nigeria, lo que confirmó que se trataba de una estafa.
El caso expone una vez más cómo los delitos de suplantación en redes sociales afectan emocional y económicamente a personas vulnerables, especialmente aquellas con condiciones de salud que las hacen más propensas a confiar en conexiones digitales.
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