Las fuerzas israelíes avanzaron hacia Deir Al Balah, ubicado en el centro de la Franja de Gaza, mientras continúan los bombardeos aéreos en todo el territorio, con especial intensidad en la zona norte.
En las últimas 24 horas, los bombardeos israelíes han causado la muerte de 153 personas en Gaza, al menos 72 de ellas en la región norte del enclave, y han dejado más de 450 heridos, según informó el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás.
Además, fuentes médicas confirmaron a la agencia de prensa EFE que los ataques de este sábado ya han cobrado la vida de más de veinte personas.
En un comunicado emitido en la madrugada, el Ejército israelí explicó que esta ofensiva aérea intensificada busca “lograr control operativo” y forma parte de los “preparativos para expandir las operaciones militares”.
El 5 de mayo, el gabinete de seguridad de Israel, encargado de dirigir la ofensiva en la Franja de Gaza, aprobó por unanimidad un plan para «ocupar y retener los territorios» de los territorios del enclave palestino.
En ese momento, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió que esta nueva estrategia militar abandona «las incursiones» realizadas durante los primeros meses del conflicto, para dar paso a una «ocupación y permanencia» en la Franja.
El bloqueo impuesto por Israel que impide la entrada de ayuda humanitaria a la Franja desde hace más de dos meses, también está llevando al límite a los pocos hospitales que aún operan.
Este sábado, Raafat Ali Al Majdalawi, director general de la Asociación de Salud y Comunidad Al Awda, que administra varios hospitales y centros de atención primaria en la Franja, alertó que estos servicios podrían «cesar por completo en los próximos días».
«El Hospital Al Awda, en el norte de la Franja de Gaza, no ha recibido suministros de diésel desde el pasado 17 de abril, y el del Hospital Al Awda, en el centro de la Franja de Gaza, desde el pasado 17 de febrero», lamentó.
En ese contexto, indicó que han tenido que implementar medidas de «austeridad» para administrar las reservas de combustible disponibles.
«Siete de las nueve ambulancias han tenido que paralizar sus operaciones por falta de gasolina. Además, se ha reducido el horario de atención en los centros de atención primaria y los centros de protección comunitaria para reducir el consumo de diésel», explicó.
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