Por: Leanlly Pérez- En Estados Unidos, el alquiler de gallinas se ha convertido en una tendencia creciente como respuesta al alza sostenida en el precio de los huevos y las restricciones en su venta.
Esta alternativa ha ganado popularidad, especialmente en estados como California, donde consumidores como Yong-mi Kim, una profesora universitaria, han optado por alquilar gallinas en lugar de comprarlas o criarlas permanentemente.
Ella, frustrada por el costo y el racionamiento en supermercados, decidió probar esta experiencia temporalmente para ver si se adaptaba a su estilo de vida.
La iniciativa del alquiler de gallinas comenzó hace más de una década con el proyecto “Rent The Chicken”, fundado por Jenn y Phil Tompkins en Pennsylvania. Desde entonces, el servicio se ha expandido a unas 40 ciudades en todo el país, operado por granjeros locales.
Según Victoria Lee, encargada de una de las granjas participantes, la demanda se ha triplicado o cuadruplicado en comparación con el año anterior, especialmente desde el inicio de la pandemia y agravada por una crisis de gripe aviar que disparó los precios del producto.
Durante el pico de la escasez, los estadounidenses llegaron a pagar más de 10 dólares por una docena de huevos, muy por encima del precio habitual de entre 3 y 5 dólares. Incluso supermercados implementaron racionamiento, y el tema escaló hasta la campaña presidencial de 2024, cuando Donald Trump prometió reducir el costo de los alimentos, incluyendo los huevos.
Sin embargo, los precios continúan subiendo: en marzo de 2025 se registró un aumento del 1.2 % respecto al mes anterior y un incremento del 60.4 % en comparación al año pasado, según datos del Departamento de Agricultura.
El alquiler de gallinas no resulta necesariamente más económico, pero sí ofrece huevos frescos de mayor calidad. A diferencia de los huevos comprados en tienda, que pueden tener entre 48 y 60 días de antigüedad, los producidos por gallinas domésticas se consumen prácticamente el mismo día de la puesta, lo que mejora el valor nutricional y el sabor.
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