Algunos empleados, vestidos con atuendos corporativos o camisetas de USAID, acudieron al edificio confundidos por los mensajes contradictorios de la agencia sobre si debían presentarse. Otros fueron con la intención de recoger sus pertenencias, pero se les negó el acceso.
Un correo enviado por USAID el domingo informaba que la sede y otras oficinas en Washington permanecerían cerradas hasta nuevo aviso, instruyendo a los trabajadores a teletrabajar.
El cierre de USAID forma parte de una estrategia impulsada por Trump y Elon Musk, quien dirige el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), con el objetivo de desmantelar la agencia y reducir sus programas de ayuda en todo el mundo.
Paralelamente, el gobierno ordenó la paralización de casi todas las actividades de la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor (CFPB), creada tras la crisis financiera de 2008.
El viernes, un juez federal dictó una orden de restricción temporal contra la medida del gobierno, permitiendo a los empleados mantener acceso a su correo electrónico, aunque sin mencionar la reapertura de la sede.
Algunos trabajadores lograron recuperar sus cuentas el lunes, mientras que otros seguían sin acceso.
Además, la semana pasada, agentes del Departamento de Seguridad Nacional bloquearon el ingreso a empleados de USAID y legisladores demócratas que intentaron ingresar a la sede.
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