El Gobierno de Brasil anunció la creación de un centro de atención para migrantes en el aeropuerto de Belo Horizonte, con el objetivo de ofrecer un trato adecuado a los ciudadanos brasileños deportados por Estados Unidos.
El anuncio fue realizado por los ministros de Exteriores, Mauro Vieira, y de Derechos Humanos, Macaé Evaristo, luego de que el fin de semana pasado se llevara a cabo un vuelo de repatriación cuyas condiciones deficientes motivaron una queja formal del Gobierno brasileño ante Washington.
«Estamos trabajando para encontrar formas adecuadas para que (los migrantes deportados) lleguen a Brasil con respeto a los derechos humanos, con las condiciones necesarias de viaje y con atención a los pasajeros», informó Vieira.
El gobierno de Brasil expresó su queja a Estados Unidos debido a que los 88 brasileños deportados el viernes pasado fueron transportados esposados en el avión y padecieron «malos tratos» durante el vuelo.
Además, el avión presentó fallos mecánicos y el aire acondicionado no funcionaba, lo que el canciller calificó de «trágicas» condiciones.
El vuelo de deportación, que ya estaba programado antes de la toma de posesión del presidente estadounidense Donald Trump, tenía como destino Belo Horizonte, pero debido a los problemas técnicos, tuvo que realizar una parada de emergencia en Manaos, Brasil.
Fue en ese momento cuando la Policía Federal de Brasil supo sobre el uso de esposas y solicitó a los agentes estadounidenses que las retiraran.
Ante los sucesos, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, dispuso que un avión de las Fuerzas Armadas trasladara a los ciudadanos deportados a Belo Horizonte, con el fin de evitar que continuaran su viaje en la aeronave estadounidense.
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