Por: Leanlly Pérez- Diversas organizaciones populares de la región del Cibao se reunieron ayer en San Francisco de Macorís, provincia Duarte, para expresar su firme rechazo a la propuesta de la minera Barrick Pueblo Viejo de construir una nueva presa de colas y extender la explotación minera en Cotuí.
Esta iniciativa ha generado un gran malestar en la región debido a los posibles impactos ambientales y sociales que podría acarrear, especialmente en las comunidades cercanas a las operaciones mineras.
La construcción de la presa de colas ha sido uno de los temas más polémicos, ya que se teme que cause daños irreparables a los recursos naturales de la zona, incluyendo la contaminación de los cuerpos de agua, lo que afectaría tanto a la flora y fauna como a las comunidades locales que dependen de estos recursos para su sustento.
A pesar de los esfuerzos por alcanzar un consenso, el pasado miércoles se celebró una reunión entre los miembros de la minera, los representantes de las comunidades afectadas, el ministro de Energía y Minas, el Defensor del Pueblo y la Iglesia Católica.
Sin embargo, no se logró un acuerdo entre las partes, por lo que se acordó que el diálogo continuará el próximo lunes 20 de enero en el Arzobispado de la diócesis de La Vega.
En respuesta a la situación, los representantes de las organizaciones populares anunciaron una participación activa en una marcha programada para el lunes 20 de enero, que se llevará a cabo en defensa del medioambiente y de las comunidades afectadas por las actividades mineras. Se espera una gran movilización de la región y del país, con caravanas que partirán desde varias localidades para converger en La Vega.
Esta marcha tiene como objetivo hacer un llamado a la protección de los recursos naturales y a la mejora de las condiciones de vida de las comunidades impactadas por las operaciones mineras de Barrick Pueblo Viejo.
Durante la reunión, los organizadores de la marcha expresaron su solidaridad con los habitantes de las zonas afectadas y su determinación para seguir luchando en defensa de su bienestar.
«Estamos aquí reunidos para convocar a toda la región y al país a la caravana marcha en pinza desde tempranas horas de la mañana, porque hemos decidido confluir con los demás sectores sociales y eclesiásticos que también participarán desde esta región y en caravana desde la capital», señaló uno de los participantes.
La situación ha puesto de relieve la creciente preocupación de la población por los impactos negativos de la minería en la región, que ha sido históricamente un centro de explotación minera.
Las organizaciones se mantienen firmes en su postura de que las operaciones mineras deben ser más responsables y sostenibles, priorizando el bienestar de las personas y el cuidado del medioambiente.
El conflicto sigue siendo un tema central en la región, y el desenlace del diálogo entre las partes será crucial para definir el futuro de las operaciones mineras y su relación con las comunidades locales.
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