La gobernadora del Estado de Nueva York, Kathy Hochul, aprobó una ley que obliga a las empresas que han generado una gran cantidad de gases de efecto invernadero a invertir en iniciativas para mitigar los efectos de la crisis climática.
La ley establece que las empresas responsables de la mayoría de las emisiones entre 2000 y 2018 deberán pagar alrededor de 3.000 millones de dólares anuales durante los próximos 25 años para «reparar los efectos de fenómenos extremos provocados por el cambio climático».
De este modo, la ley crea un “Superfondo climático” destinado a financiar diversos proyectos, como la mejora de los sistemas de drenaje de aguas pluviales, la implementación de programas para abordar problemas de salud pública, y la adopción de medidas de protección costera y mitigación de inundaciones.
La normativa, que se dirige principalmente a las empresas de petróleo y gas, tiene como objetivo «aliviar significativamente» la carga económica que enfrentan los neoyorquinos en términos de «adaptación climática», sin generar un impacto «punitivo» para esta industria.
“Los neoyorquinos gastan cada miles de millones de dólares en la salud, la seguridad y el medioambiente debido a los contaminantes que históricamente han dañado nuestro entorno”, afirmó Hochul en un comunicado.
La normativa se basa en la Ley Federal de Responsabilidad, Compensación y Respuesta Ambiental, conocida como «Superfund», promulgada en 1980, con el objetivo de obligar a las empresas a financiar la limpieza de sus desechos tóxicos.
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