Por: Leanlly Pérez- Las autoridades de Colombia desarticularon una red que operaba un matadero clandestino en Boyacá, donde se sacrificaban vaca, caballo y asno en condiciones precarias de salubridad, para luego distribuir la carne en los departamentos de Boyacá y Cundinamarca.
Según informó la Fiscalía, la carne terminaba en colegios, cárceles y otras instituciones públicas, a través de proveedores del Plan de Alimentación Escolar (PAE) y comercios locales.
Ocho personas fueron detenidas y acusadas de delitos como concierto para delinquir, maltrato animal, contaminación ambiental y corrupción de alimentos.
Entre los principales responsables se encuentran Cristian Mauricio Martínez Gaviria, Óscar Armando Valbuena Sánchez y Saúl Humberto Pinilla García, quienes eran administradores de cuatro bodegas clandestinas y ahora enfrentan prisión preventiva.
Otros implicados, como John Anderson Pineda y Soledad Quintero, recibieron arresto domiciliario.
La operación se realizaba en una zona rural de Chiquinquirá, Boyacá, donde los animales sacrificados se encontraban en malas condiciones de salud.
La carne era embalada y transportada sin cadena de frío hacia bodegas en Bogotá y Cota, para luego ser comercializada.
El matadero clandestino no contaba con permisos legales y operaba en condiciones insalubres, poniendo en riesgo la salud de los consumidores.
Este caso ha generado indignación pública debido a las implicaciones para la salud, el bienestar animal y la confianza en los programas de alimentación pública.
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