El doble terremoto ocurrido en el sureste de Cuba dejó siete personas heridas, 26 edificios completamente destruidos, incluyendo viviendas privadas y establecimientos públicos, y daños en más de 2,250 casas, según el primer informe oficial divulgado por medios estatales.
El informe, emitido por la Presidencia cubana al finalizar la reunión del Consejo de Defensa Nacional, también menciona daños en 30 centros de salud y 40 escuelas, además de nueve deslizamientos de tierra en áreas montañosas.
La televisión estatal había reportado anteriormente que también se registraron daños en la infraestructura telefónica y eléctrica, incluyendo cableado, postes y transformadores, lo que dejó a 14,000 clientes sin servicio eléctrico en la zona.
Hasta el momento, la información oficial sobre lo ocurrido ha sido bastante limitada. Los medios oficiales, los cuales tienen cierta presencia en la región, han brindado pocos detalles o imágenes sobre el doble sismo y los daños personales o materiales.
En las 36 horas posteriores a los dos terremotos de 6 y 6.7 grados en la escala de Richter, el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais) registró un total de 1.130 réplicas, de las cuales solo 43 fueron perceptibles para los seres humanos (con una magnitud superior a 2.5), concentrándose principalmente en las provincias de Granma y Santiago de Cuba.
Pilón, que ya había sido afectada por un sismo de 5.6 grados en 1976, resultó ser la localidad más golpeada por los recientes temblores, aunque también se reportaron daños en Media Luna, Manzanillo, Yara, Campechuela, Buey Arriba y Bartolomé Masó.
Según indicó Bladimir Moreno Toirán, presidente del Consejo Científico del Cesnais, es probable que en los próximos meses continúen ocurriendo réplicas.
Cuba se encuentra en una zona que se extiende desde la República Dominicana hasta México, donde convergen varios sistemas de fallas tectónicas y se registra una notable actividad sísmica.
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