La crisis sin precedentes en Haití ha impedido que los haitianos lleven a cabo muchas de las tradiciones de Semana Santa, especialmente en la capital, Puerto Príncipe, donde aproximadamente el 90 % del área está bajo el dominio de bandas armadas.
En este año, no se han llevado a cabo las multitudinarias y coloridas procesiones ni los viacrucis que, como es tradición durante la Semana Santa, suelen realizar los fieles de la Iglesia católica en el empobrecido país caribeño.
En medio de una crisis generalizada, los líderes religiosos pasaron este día en un ambiente de reflexión, aunque a pesar del clima de inseguridad, muchos fieles desafiaron la situación y asistieron a la misa.
Numerosas personas se congregaron en iglesias como la Saint Pierre, en Petion-ville, y Nuestra Señora de Altagrace, en Delmas, para orar por la paz en el país.
Personas de todas las edades, incluyendo jóvenes, adultos y ancianos, pero principalmente niños, muchos de ellos llevando imágenes de Jesús, llenaron estas iglesias para conmemorar el calvario de Cristo y el sufrimiento del pueblo haitiano.
Los sacerdotes y los fieles rogaron por el cese de la crisis, que se intensificó desde el 29 de febrero cuando grupos armados se unieron y provocaron el caos para exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, quien se encuentra actualmente en Estados Unidos y ha accedido a dimitir una vez que se establezca oficialmente un consejo presidencial de transición.
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