Según los científicos de la NASA, estas formaciones son conocidas como nubes cavum, compuestas por gotas de agua sobreenfriadas. Aunque su apariencia pueda parecer extraña, no se trata de fenómenos paranormales, sino de un curioso evento atmosférico.
El fenómeno se explica por el sobreenfriamiento del agua y el efecto de los aviones en la atmósfera. Las alas y hélices de las aeronaves provocan un enfriamiento adicional, convirtiendo el agua en cristales de hielo que caen y crean vacíos en las nubes. Estos filamentos son los restos de la precipitación que nunca alcanza el suelo.
A pesar de las especulaciones sobre su origen, los científicos aseguran que las nubes cavum son un fenómeno atmosférico común y pueden ser observadas tanto desde la Tierra como desde el espacio. Su apariencia se ve influenciada por diversos factores atmosféricos y la actividad aeronáutica en la región.
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