Por Gabriela Osorio.- Para muchos europeos y personas de otras nacionalidades alrededor del mundo, el Festival de la Canción de Eurovisión es un evento de gran importancia. Este concurso, conocido comúnmente como Eurovisión, es una competencia donde las naciones rivalizan por tener la mejor canción del continente.
Además, se destaca por su extravagancia y por haber lanzado a la fama mundial al grupo ABBA, al ganar en 1974 con su icónica canción «Waterloo».
A pesar de que este concurso se supone que es un evento no político, la prohibición de Rusia en la competición después de su invasión de Ucrania en 2022 y la controversia en torno a la participación de Israel este año sugieren que la politización del concurso es cada vez más evidente.
Se argumenta que Israel debería ser descalificado de participar en Eurovisión debido a su reciente campaña militar en la Franja de Gaza, que ha resultado en la muerte de aproximadamente 30,000 personas, la cual fue una respuesta a un ataque sorpresa sin precedentes por parte de Hamas en octubre, que resultó en la muerte de alrededor de 1,200 personas y el secuestro de más de 200.
No obstante, pese a la supuesta apoliticidad de Eurovisión según las normas oficiales de la UER, que rige la competición, la participación de Israel ha generado controversia y ha llevado a cuestionamientos sobre la politización del evento.
Según un portavoz de Artistas palestino, permitir que Israel participe en Eurovisión enviaría un mensaje al mundo de que cualquier acción es aceptable. El hecho de que el representante de Israel aparezca en las pantallas de todo el mundo sería interpretado como una forma de normalizar un comportamiento que es considerado genocida.
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