La miel común no es adecuada para uso médico ya que no tiene una proporción suficiente de componentes antibacterianos.
Por esta razón, un estudio se centra en dos tipos de miel originarios de Nueva Zelanda, la manuka y la kanuka.
“La evolución ha creado una alternativa al antibiótico que además impide que las bacterias se hagan resistentes”, asegura la responsable del estudio, Elizabeth Harry.
De hecho, la investigadora recuerda que “la miel nunca se estropea y eso es porque las bacterias no pueden crecer en ella”.
Harry explica que “ambas registran elevadas proporciones de peróxido de hidrógeno y metagloxil, componentes antibacterianos”.
El estudio también muestra que la miel de manuka no tiene un solo componente antibacteriano.
Es probable que otros tipos de miel con distintos niveles de peróxido de hidrógeno y metagloxil tengan propiedades similar.
La resistencia a las bacterias preocupa a la OMS
La creciente resistencia de las bacterias al antibiótico se ha convertido en una de las mayores preocupaciones en el sector de la medicina y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha clasificado como uno de los tres problemas sanitarios más graves a nivel mundial.
Por otro lado, el uso de la miel para fines médicos representa un coste mínimo frente a los gastos en investigación y pruebas para antibióticos.
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