Cuatro vehículos con explosivos detonaron en Ecuador entre la noche del miércoles y el jueves, dos de ellos ocurridos en Quito, capital del país, incidentes que han vuelto a centrar la atención en la creciente violencia en el país.
Afortunadamente, los ataques no resultaron en víctimas ni heridos, y las autoridades los vinculan con la reubicación de varios reclusos entre prisiones.
Los dos coches bomba que explotaron en la capital de Ecuador, en una zona comercial y financiera, ocurrieron con varias horas de diferencia y cerca de instalaciones relacionadas con el sistema penitenciario nacional.
Mientras que los otros dos incidentes tuvieron lugar en el sur del país, y hasta el momento ninguna autoridad ha establecido una conexión con los sucesos en Quito.
Según dijo a la prensa el director de investigación antidrogas de la policía, Pablo Ramírez, las explosiones ocurridas en la capital estarían relacionados con varios traslados de privados de libertad que se realizaron recientemente.
En ese sentido, los ciudadanos ecuatorianos se encuentran afectados por la creciente violencia que las autoridades atribuyen a conflictos entre bandas que compiten por el control de rutas y áreas para el tráfico y la distribución de drogas.
En los primeros seis meses de este años, la Policía Nacional registró 3,568 muertes violentas, en contraste con las 2,042 reportadas durante el mismo período en 2022, año que finalizó con un total de 4,600 muertes violentas, lo que representó la tasa más alta en la historia del país y el doble del total registrado en 2021.
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